sábado, agosto 27

Año 2068

Año 2068

(Libre Ejercicio de Fatalismo)






INTROITO 1

(Año dos mil sesenta y ocho de nuestra era,

se ha cumplido la siniestra profecía del veinte,

y mientras la humanidad como necia espera,

se ve clavada por unos incorpóreos entes

en una cruz de metal electrificada.

Se acumula nuestra maldita sangre estancada;

por las calles de vísceras y odioso metal atestadas

reptan seres de todas clases y vertientes.

Una resistencia no ha sido derrotada 10

Tiembla mi médula en el etéreo alambre,

y al temido o deseado Apocalipsis se encamina la corriente:

terabombas, subseres, leyes insufribles, hambre,

el mundo no es suficiente para esta superpoblación,

guerra química e informática entre androides inteligentes,

computadoras con conciencia y nuestra “Razón”,

escenario posnuclear, descomunal contaminación) 16






Bajo el cielo imperecedero un vasto campo yermo,

un modernísimo vertedero, de un año que cayó enfermo.

Sobre el planeta, demacrado, sólo grises, grises muros

y ruinas de viejas civilizaciones, y fosas comunes de clones. 20

Respirar, en todos lados, sólo azufre y cianuro,

Sobre las inhabitables ruinas, estragos de escabechinas.

El mundo, sí, se ha vuelto algo demasiado duro.

De nuestras cuerdas un murmullo,

ha sonado el mío, también lo ha hecho el tuyo,

exhalación de un mundo agónico y oscuro.



Bajo el pretexto del progreso de cartón piedra

que ahora nos condena crecía la hiedra,

mas no hicimos caso al otro lado

a lo de abajo, a los arcanos,

a los orígenes olvidados

a los cristos, a los hermanos,

a los budas, a los instintos sanos.



Disciplinas pragmáticas positivistas,

aclamadas sois en estos días 35

de pena y dureza cientifista,

de sentido común horrendo,

de despachos que oro crían

con políticos corrompiendo,

de manos empapadas de sangre ajena,

de locura destructora, nunca serena,

locura que maldice a su propio creador,

mas también nosotros matamos a nuestro autor,

como las creaciones de la Inteligencia Artificial harán,

y el ciclo evolutivo girando siempre estará

con su antiideología, freudiana fatalidad.


Mil montañas se irguieron entonces, eternamente impasibles

para recordarnos que somos flores de un solo día,

menos brillantes que risibles,

flores a las que nadie quería. 50


Sin embargo yo querría ver y comprender

Una vida eterna de placer, de un gozoso y bendito

amar al hombre y la mujer, no a un sofisticado monolito.

Quiero oír miradas con sabores envolventes,

las aves en el cielo, las norias girando,

la muchacha de ojos sonrientes,

quiero ver jugar al clásico Diego Armando,

ver también ríos de azúcar y mescalina

los valles floridos surcando,

de montañas de chocolatinas.



La Naturaleza, ese espejismo grandioso

libre de cibernética, de laboratorios, de clones, 62

en el que, ¡ay!, no se refleja la eternidad de los humanos,

sólo un falso y esperanzador revelarse engañoso,

como música que sale de nuestro cuerpo ufano

o en el aire psicodélicos pentagramas,

como Belleza embriagadora en Todo,

alegres y esperanzados por la mañana,

y anoche hundiéndonos en el lodo,

o como sentimiento profundo de benevolencia

y valor sin límites, en estado puro,

o tal que comprender la majestuosidad metafísica

oculta en toda una ciencia,

todo ello dentro de una vida tísica,

como tumbar en un llanto gozoso de una patada

de las vergüenzas y lamentaciones muros,

las fronteras entre dimensiones aisladas

en la famélica realidad probable y corriente

que sólo entiende de vergonzosas intifadas,

de aquellas rutinarias baladas 80

en las que se mueve desaforado el ente.

Ténganse fe, son mentiras,

mentiras de iluso,

deben ser mitificadas

en opinión del joven ruso,

pero mentiras y nada más

de una especie que ya expira

y que no inspirará más.



Valles de vallas electrificadas en los campos del olvido.

La sombra perdió su motivo en el día y todo fue negritud.

¡Qué distancias salvamos para acabar ahora como Guido!

El manto de la noche extienden los androides furiosos con lentitud

Y a las mariposas clavan sus cuchillos de silicio,

Y las benignas hierbas ya no dieron más cerveza,

Y se quemaron en una tremenda y benemérita hoguera.

Como siempre la antiética de la naturaleza:

la guerra y apropiación, dominación y espera,

preocupada siempre en localizar a aquellos cuya carga demasiado les pesa,

a aquellos cuyo esfuerzo y abnegación merecen la vida entera,

Enajenar, controlar, reprimir resistencias, subyugar, y utilizar a la presa. 100



Sin entusiasmo, alerto,

muerto antes de caer muerto,

viejo aun antes de nacer,

comienza y acaba el atardecer.

Contemplamos dentro del dulce progreso y bienestar

A la amarga verdad brillar,

La verdad del fario de los condenados,

pues

decadentes ya, cansados,

débiles y desconsolados, 110

nacen ahora los humanos.



Viven para la Razón, el dogma y el Rey,

viven para el dinero y su Ley,

mueren como vivieron ellos,

sin voluntad, con regomello,

sin tranquila conciencia ni libertad,

sin nada de nada ambicionar,

pegados a un fugaz destello

de otro más sinatra´s way

en los campos de camellos 120

de un adrenocromado

último y precioso mei

en el mar de los pecados

donde juega la parca

a despistarnos en su barca

que surca lagos de gélidos mantos,

donde acaba al fin la vida y su encanto

entre cerveza tibia y culos de paja

por culpa de algún que otro santo,

aunque quien sabe si sólo era alhaja, 130

quién sabe si somos una copa de desengaño

y salimos de la estrechez creciente de la gruta,

sólo para sorber la cicuta,

y de un trago hacer mil apaños.

Quien sabe si no somos nosotros mismos

los que poco a poco aspiramos nuestra esencia,

que es la muerte o su espera con paciencia,

que es la esclavitud del fatalismo,

que es decididamente polvorienta,

y si nos contagiamos como humanos año tras año 140

hasta que otro mejor nos quita el escaño,

hasta que en manos de androides nos vemos,

despreciando a la maestra Locura,

su despiadada y visceral ternura

y su embriagador baño,

en el que por fortuna a veces nos metemos.



Y deseamos no haber nacido

En esta bromista mamarrachada

En esta jaula de fieras domesticadas,

En este progreso podrido,

en este mundo humano de farsantes vestidos,

coches bonitos por las calles iluminadas y papeles para tener cosas,

rosas anhelamos

y nos cansamos

de envidiar a las rosas,

¿pero deseamos,

acaso anhelamos

la venida de un meteorito?, 158

¿anhelamos la de los androides todos,

o que el cibernético monolito

nos tape el sol de todos modos?




Deseamos sólo que haya poesía

y salvaje elegancia noche y día

en nuestras confortables y floridas fosas,

que éstas alberguen la serena alegría

de la máxima sencillez de las cosas. 166




DESPEDIDA

(Pero eso no va a ocurrir así a mocho.

En dos mil cinco no ocurren bendiciones maravillosas.

Esperen a mayo del sesenta y ocho). 170

1 Comments:

Anonymous Nemo Starem said...

A mi me parecipi un gran poema, se nota que tiene sentimiento.

12:13 a. m.  

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